Cuando estamos en una reunión formal, muchas veces pareciera que nos quieren poner a prueba en el arte de demostrar nuestros modales. Especialmente cuando se trata de todo lo que rodea a la mesa, y aún más si no somos expertos en el arte de comer y nos encontramos con ciertos alimentos a los que podríamos llamar “difíciles”.
Existe una larga lista de productos que en ciertas reuniones no se tendrían que colocar, o bien porque se deben comer con “instrumentos” o utensilios especiales, o porque comerlos lo único que haría es poner en una situación incómoda a ciertos invitados.
Si el desafío es comer fruta hay que saber distinguir entre las frutas que nos ofrezcan. En cenas formales es común que las frutas estén peladas, sin semillas y ya cortadas, cosa
que nos facilitará la tarea, pero en comidas informales podemos encontrarnos con frutas enteras y sin pelar. Aquí el problema dependerá del tipo de fruta y la manera más pertinente de comer las
mismas. Jamás la tomaremos íntegra con las manos dejando caer el jugo y chorreándonos los dedos, para eso deberemos practicar comer las mismas con los cubiertos.
Pero si nos encontramos con algún anfitrión al cual le gustan los desafíos, tengamos presentes ciertas normas básicas:
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Lo primero es mirar a los anfitriones, ellos optaron por ese menú, así que veamos de qué manera comen, qué utensilios toman y de qué manera lo hacen.
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Hacer todo de manera lenta y pausada, especialmente si no somos expertos.
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Si a pesar de todo no podemos, respirar, tomar con calma la situación y actuar lo más natural posible, reírnos de nosotros mismos interiormente… y practicar para la próxima!